Todo empezó cuando mi hija, Leticia, tenia solo 3 añitos, siendo q ahora ya tiene 14. Quizás, decir q todo había empezado en aquel momento es mucho, porque solo había nacido la remota y muy confusa idea de traer lindos vestidos para niña de Rusia. Mi Lety iba al jardin y cuando llegaba la hora de graduación o un evento, le ponía vestidos hermosos q compraba en mis viajes a mi país. En los eventos escuchaba cada 5 minutos: “q lindo”, “q hermoso”, “de donde es el vestido” y terminaba con “por q no traes para vender?” Esas fueron las semillas de una idea q ahora conocen como Mi Odette. Pasaban los días hasta q dije: y por q no? Y los traje cuando la Lety ya tenia 10 años, en 2015. Si, me demore mucho, habían pasado 6 años.
Les confesare q es una real salida de la zona de confort y por Dios q cuesta dejar algo q te da esa comodidad ilusoria de seguir haciendo lo q acostumbras hacer. Pero bueno, soy inmigrante, lease, emprendedora, y en algún momento tenia q suceder. Mande a hacer 10 vestidos, los traje y... los colgué en el closet de la Lety porque no sabia q hacer con ellos. Fui a un Mall a un puesto por 4 días. Las niñas corrían hacia los vestidos, las mamas seguían exclamando como en los eventos del jardin de la Lety, y eso era todo. Me di cuenta q un producto no es el vestido mismo y tome la decisión de ir a una escuela de emprendedores. Necesitaba orientarme, poner una meta y trazar el camino. Ya en las primeras clases tratando de hallar respuestas a lo q hago y ofrezco, entendí q el vestido no se vende porque es bello, sino porque lo necesita alguien para algún evento, ese alguien tiene un problema y yo se lo podía resolver! ¡Dios! Esa idea fue revolucionaria. Empece a crear lineas de vestidos: para Bautizo, Paje, Cumpleaños y de a poco fueron agregándose mas lineas, nacían de sus solicitudes y sus preguntas. Este proceso no cesa hasta el dia de hoy! Aprendi el segundo postulado clave: escucha a tu cliente. Ofréceles los q ellos necesitan y no lo q quieres vender tu. Iba a clases, las ideas nacían y yo ya daba pequeños pasitos de mi camino atendiendo en la sala de mi departamento...